Hemos estado en el 24º Festival de Cine de Málaga

¿Qué mejor que rodearse de cine para seguir aprendiendo y creciendo como productora? Esa es una pregunta que ha tenido su respuesta durante esta misma semana, en la que nos hemos sumergido en varios pases de cortometrajes y largometrajes a concurso en uno de los festivales cinematográficos más destacados del país.
Durante su festival, Málaga se convierte en una alfombra roja gigante por la que pasan todos los profesionales que se dedican al mundo del cine: productores, directoras, intérpretes o distribuidores. En nuestro breve, pero intenso periplo por el evento, hemos disfrutado de 3 largometrajes y 10 cortometrajes, de los que queremos hacer nuestra particular interpretación, crítica o cómo queráis denominarlo, para aportar nuestra opinión al estado actual del mundo del cine. Al menos, en cuanto al material que hemos tenido la suerte de disfrutar en espacios como el Teatro Cervantes, el Cine Albéniz o el Centro Cultural MVA.
  • CORTOMETRAJES:

Tras visualizar los Programas 2 y 4, tenemos nuestros claros favoritos y un claro perdedor, que en este caso o es un cortometraje en concreto, sino un estilo de hacer cine. En cuanto a las buenas noticias, indudablemente nos quedamos con dos: “Tótem Loba” y “Mindanao”. El primero, por su originalidad, su factura técnica y su aroma salvaje a feminismo, que hacen de este proyecto un thriller lleno de tensión y potencia visual. Y el segundo, porque, aunque está construido sobre tópicos de la política patria, encara una situación cotidiana con un humor sutil y en su justa medida, apoyado por la interpretación magistral, ¿cómo no?, de Carmen Machi.

Pero, por otro lado, nos encontramos con una gran mayoría de trabajos que nos dejaron con cara de tontos. El cine, al menos en nuestra opinión, debe contar historias que interesen al espectador, y que no sean simples divagaciones metafísicas que sólo entiende el propio creador de las mismas. Desde nuestro punto de vista, que la sala se quede atónita cuando acaba nuestro trabajo, sin saber dónde esconderse tras lo que acaba de ver, no es precisamente un éxito, más allá de los muchos miles de euros o la perfecta fotografía que puedan tener esos trabajos. El arte no debe dejar indiferente, y en muchos casos, la programación de cortos en Málaga nos dejó así.

  • LARGOMETRAJES:
En cuanto al formato largo, hemos disfrutado de 3 buenas películas sudamericanas: “Las motitos”, “Cómo mueren las reinas” y “La ciudad de las fieras”. De estas 3 pequeñas joyas del otro lado del charco, nos quedaos con la producción colombiana que nos trasladó a esa ciudad de las fieras que se sitúa en Medellín. Su historia es un viaje en busca de la familia, pero dejando atrás a otra familia. Es una huida sin destino para huir de la violencia y la pobreza, es una batalla de gallos contra la soledad y la tristeza. Y, sobre todo, es el relato de Tato, un adolescente que pierde todo hasta que se reencuentra con su abuelo y con la naturaleza, que conforman una realidad que le llena de barro las deportivas y de esperanza el corazón.
Las otras dos producciones, argentinas ambas, nos dejaron un buen sabor de boca, regalándonos historias adolescentes que se alejan de las que producimos en Europa, y que muestran la cruda realidad que se vive en zonas marginales de esa parte del globo. Allí, no todo gira tanto en torno al último TikTok, sino a graves problemas familiares, delincuencia juvenil, o trastornos psicológicos.
En definitiva, esto sólo es un análisis breve de lo que hemos vivido, y lo que todos los amantes del séptimo arte deben vivir alguna vez: perderse por la Calle Larios y dejarse llevar por cada uno de los espacios de cine que la ciudad malagueña ofrece.

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