Inauguramos sección con un amigo de los que se siguen atreviendo a hacer cine en nuestra región, y que además lleva años haciéndolo con un estilo muy personal. Hablamos de Rodrigo Canet.
Un madrileño que no para de producir, y que ha hecho prácticamente de todo. Video creación, drama, comedia, animación… Cuéntanos quién eres y en qué género te sientes más cómodo.
Yo soy Rodrigo Canet, y nací en Madrid, pero me he movido mucho en mi infancia por toda España, porque mi madre era profesora. Empecé estudiando informática y un montón de cosas más, pero a mí lo que me gustaba era hacer cortos, así que finalmente estudié producción audiovisual. A raíz de ahí me puse a hacer cortos un poco más en serio, aunque tampoco hemos hecho nada demasiado en serio. Estamos ahora en un proyecto de más envergadura, pero en general nunca ha sido demasiado en serio. Donde más cómodo me siento es en el género se social… hemos tocado el thriller, la comedia… hemos tocado un poco de todo, incluso animación con stop motion, pero siempre la temática social está ahí.
¿Es difícil producir prácticamente una historia al año? No sabemos si es más difícil encontrar ideas o presupuesto. Aunque tus cortos suelen presumir de tener buena factura técnica a bajo presupuesto.
Buena pregunta. Difícil no es hacer un corto al año, lo que me parece difícil es que, de todas las ideas generadas, alguna que merezca la pena. Eso nunca se sabe hasta que está hecho el corto. A veces, con una idea que parece muy buena, terminas el corto y no queda como tú lo pensabas: se pierden cosas en el camino. Yo tengo un documento lleno ideas, y lo difícil es elegir. Producir también es difícil si la idea que requiere mucho presupuesto. Lo difícil es elegir una que requiera pocas localizaciones y una producción fácil, y que al final en festivales tenga una buena respuesta. Nosotros nos hemos hecho un poco especialistas en eso sin querer, ya que no tenemos dinero y nos buscamos las mañas para hacerlo más sencillo, y de esa sencillez a veces salen buenos cortometrajes.
Y actualmente, de hecho, estás pidiendo ayuda para tu próximo proyecto. Cuéntanos quién es Igor.
Igor es un niño robot. El corto cuenta la historia de una madre que no puede tener hijos y decide comprar un robot porque la empresa que lo fábrica promete que puede llegar a sentir. Igor es un lío a nivel de producción porque tiene muchas secuencias, pero sí que creemos que sigue siendo muy social. Tiene una temática de drama mezclada con terror psicológico y un poco futurista, que puede recordar a bastante a Black Mirror. Es una historia que nos alerta del uso abusivo de las tecnologías, un tema que me preocupa y me parece complicado: ya nos avisaba Terminator de que las máquinas pueden coger el control. La historia no deja de ser social, pero también tiene un punto de terror y requiere cierta inversión: más localizaciones, dos niños, y sobre todo mucha postproducción. Yo quiero pagar a los actores porque muchas veces ellos no quieren cobrar, pero en este caso quiero que la producción se haga bien, y que todo el mundo cobre y está a gusto, ya que es un rodaje de 10-15 días. Actualmente tenemos un crowdfunding, que todo el mundo sabe qué: un proyecto en el que la gente puede contribuir con pequeñas aportaciones y según la que den, recibirán algo como una camiseta del protagonista, un cartel, el guion firmado… Hemos arrancado bien, pero hace falta bastante dinero respecto a los cortos que hemos hecho antes. Hemos estimado que necesita 3700 € por lo menos, por lo que va a costar hacerlo. A nivel técnico tenemos todo lo necesario, pero hacen falta localizaciones, equipo, producción… Dejamos aquí el enlace a la web para el crowdfunding, dónde pueden ver el tráiler: https://bit.ly/36zQk7R
Ojalá y este proyecto salga adelante. Como también salió tu último Nambrocorto, en plena pandemia… ¿Cómo lo has logrado? ¿Y qué has notado respecto a otros años en cuanto al público a los cortos recibidos?
Tú sabes lo difícil que es, sí. Efectivamente, este año ha sido aún más complejo, pero la verdad que el Ayuntamiento lo apoyo desde el principio y eso nos ayudó mucho. Ellos siempre quisieron hacerlo con las medidas necesarias. Seguir los protocolos ha sido complicado, porque había que seguir un proceso muy detallado, y luego era hacer lo que cada año, pero con un aforo limitado, con mascarillas, desinfección de manos… y aun así, el festival ha gustado mucho este año. Hay ido más gente joven este año, y ha dejado de ir gente mayor, lo que es lógico porque ellos tienen más miedo. Además, esta gente joven no sabía lo que era un corto y ha salido encantada: es un formato que a mí me encanta. Y la verdad que este año salió todo muy bien, la gente ha estado atenta la pantalla, y todo ha estado muy bien organizado.
Tiempos difíciles para la cultura, pero creo que la gente tiene más ganas que nunca de que les sigamos ofreciendo cultura en cualquier formato. ¡Muchas gracias por tu tiempo Rodrigo! Seguiremos hablando y ojalá creciendo en este mundo tan complejo del cine. ¡Un abrazo!
